viernes, 18 de julio de 2014

7ª etapa - Vega de Valcarce (León) – Portomarín (Lugo) – 79.9 kilómetros


Alto de Piedrafita
Pagamos la novatada, por primerizos, por hacerle caso a Alfonso, por tener prisa y por el respeto a tanta subida.  Decidimos subir por la carretera nacional vieja y deberíamos haber ido por La Faba, bueno, ya está hecho, nos perdimos el atractivo del puerto de O Cebreiro por evitar la subida difícil, ¡volveremos! No se hizo tan duro, quizá largo, y feo, carretera nacional de esas viejas de los años 80, sin tráfico porque hay autovía paralela, pero bueno, ya lo sabemos para el siguiente viaje.  Llegamos a Piedrafita, con un frío brutal como en Cabrejas (Soria), nos abrigamos bien, continuamos, seguimos subiendo, y llegamos arriba, uno de los paisajes más bonitos del camino, Galicia abajo, al fondo, y una nube en medio, inexplicable y maravilloso.  Ya habíamos quedado con Herbert en que nos despediríamos allí, llegamos al alto de Poio, nos tomamos un café y nos despedimos, ya no nos volvimos a ver, queda un muy buen recuerdo, seguimos en contacto vía email, de lo mejor que nos pasó en el camino. La bajada también la hicimos por carretera, quizás fue un error bajar por ahí y deberíamos de haber bajado por el camino original, pero la sensación del descenso, ese contraste de colores, mezcla de verdes, la climatología yo hice la bajada mucho más lento que Félix y recuerdo que fueron mis mejores sensaciones de todo el camino, iba como flotando no quería que se acabará nunca, a pesar de que soy muy miedoso bajando. Almorzamos en Samos, elegimos esa alternativa, el monasterio es muy bonito, desde el bar donde estábamos vimos pasar a Herbert, salimos a saludarle pero creo que él ya no nos vió.  

Monasterio de Samos


Continuamos hasta Sarria, y aquí creo que nos equivocamos, porque se nos hizo larguísimo, un puerto con el que no contábamos, recuerdo que en un momento de esa subida nos paramos y había unas chicas que también estaban súper cansadas como nosotros, yo allí viví creo mi mayor momento de flaqueza, si Félix me hubiera dicho de parar me hubiera dado una alegría  luego el me confesó que pensaba lo mismo y que no dijo tampoco nada. Llegamos a una bajada gigante hasta Portomarín, donde tuvimos problemas para encontrar sitio para dormir, al final encontramos la pensión Gonzar, un poco cutre, con baño compartido, pero bueno, ningún problema, ya no había que hacer la colada, ya estábamos cerca, nos encontramos a Alfonso, que aun continuaba algunos kilómetros, nos dijo que había dormido arriba, en O Cebreiro, que lo recomendaba.  Como íbamos a casa de unos amigos a dormir en Santiago, decidimos hacerlo todo seguido, aunque llegáramos tarde. 

Pantano de Portomarín



Hicimos un poquito de turismo, nos contaron que el pueblo originariamente se encontraba donde actualmente está el pantano y que la Iglesia la trasladaron piedra a piedra del pueblo originario al nuevo. Cenamos en la plaza del pueblo, nos tomamos unos orujos de hierbas, entramos a ver la iglesia, y pronto a dormir.  Teníamos la mosca detrás de la oreja por que amenazaba lluvia para mañana, yo creo que nos asomamos a mirar la calle 20 veces, y sí, llovió.



Igrexa de San Xoán de Portomarín



No hay comentarios:

Publicar un comentario